La directiva de la asociación de vecinos Bordas de la Rosaleda inicia esta tarde su salida en una «procesiónespecial» en la que se sustituyen las alpargatas de esparto por los pedales y la «estación de penitencia» no concluye en el templo hispalense, sino en la catedral de Santiago de Compostela.
Desde hace cuatro años, la directiva de la entidad vecinal que preside Antonio Urbano viene desarrollando e impulsando la actividad «El Camino de Santiago en Bicicleta», un proyecto que nació de la pasión de varios socios y familiares entre sí por el deporte en bici y porque «mi madre es gallega, por lo que nos tira mucho visitar su tierra, siendo ésta una motivación más», señala el presidente.
Se trata de una actividad «participativa y de desarrollo integral abierta a todos los miembros de la asociación, así como a los sevillanos en general, en la que se fomentan valores como la amistad, el trabajo en equipo, la participación y la convivencia, además de suponer una fantástica aventura por la naturaleza y una inmersión en la cultura y la gastronomía gallega», explica Urbano.
El primer año, en 2009, «sólo hicimos el camino mis dos cuñados y yo, pero poco a poco se han ido sumandovecinos. Este año ya somos un grupo de siete personas y esperamos seguir creciendo en las próximas ediciones», señala el presidente.
El itinerario previsto varía cada año. Así, se inició el proyecto con el llamado «Camino Sanabrés», con salida en la Granja de Moreruela (Zamora). Al año siguiente, se eligió el «Camino Primitivo». En 2011, la salida fue directamente de Santiago de Compostela y consiguieron llegar al cabo Finisterre (el fin de la Tierra), pasando por localidades tan llenas de vida como Cee y Muxia.
En la pasada edición, los vecinos de Bordas de la Rosaleda recorrieron «El Camino de Invierno», una ruta vía jacobea del siglo X y derivación Sur de El Camino Francés. En el día de hoy, Viernes de Dolores, los participantes pondrán rumbo hacia Avilés para realizar «El Camino del Norte», el itinerario que los reyes europeos de la Edad Media utilizaban para llegar a Santiago.
Se trata de un proyecto que, a pesar de que se desarrolla en los inicios de la Semana Santa, «no está relacionado con motivos religiosos», apunta el promotor. «Habrá quien sí lo haga como un acto de fe y habrá quién recorra el camino porque le guste la bicicleta o los paisajes gallegos. Las motivaciones son particulares y no entramos a valorarlas», señala Antonio Urbano, quien añade que «lo que sí pedimos es una preparación física y uncompromiso, ya que solemos preveer la actividad con bastante antelación y entrenamos juntos, para que todos los participantes lleguemos más o menos en el mismo nivel deportivo».
En total, serán unos 350 kilómetros que recorrerán a base de pedalear. El regreso lo han previsto para el próximoMiércoles Santo ya que, a la vuelta a Sevilla les espera su «otra estación de penitencia», pues «la mayoría salimos de nazareno en distintas cofradías, como en la del Gran Poder y Pasión».